Un camino para el conocer nuestra alma
En los años setenta, la necesidad del
conocimiento sobre el ser humano y su entorno produjo un nuevo
despertar de la conciencia y a una mayor necesidad de acceder a una
sabiduría hasta entonces relegada por la humanidad y mantenida por
algunas comunidades esotéricas; situación que volcó la mirada de los
interesados hacia las diferentes ciencias denominadas ocultas como la
astrología, la ciencia más antigua enfocada en el estudio del ser
humano, su alma y su entorno.
En las últimas décadas, el
despertar en el interés por este estudio lo ha conllevado a un nuevo
auge y crecimiento, gracias a la integración, enriquecimiento y apoyo
que otras ciencias convencionales, como la psicología, le han aportado.
Sin embargo, este despertar de la astrología en un entorno cultural de
masas, consumista de medios de comunicación también ha tenido sus
inconvenientes.
Inconvenientes porque por lo
general el primer contacto que actualmente tienen las personas con la
astrología es desde los medios y con los medios de comunicación, en los
cuales desafortunadamente se utiliza a la astrología como la novedad,
donde se generaliza a las personas bajo su signo solar y se les depara
un futuro bastante incierto. Esto da como consecuencia personas que por
alguna razón repentina les sucede lo que en el diario difícilmente
explicaron sobre su futuro, tal vez porque estaban predispuestas a
ello o las palabras son tan difusas que se pueden acomodar al antojo; y a
otras personas que definitivamente, por lógicas razones, dicen no creer
porque nada les sale o la personalidad con que se las describen no les
cala del todo. Esto sin contar a los extraños personajes que se
presentan en televisión hablando de estos temas; personajes que parecen
extraídos de los cuentos de hadas, de películas de ficción o
extraterrestres.
Es absurdo el cómo los medios
de comunicación han tergiversado lo que es la astrología, pero también
gracias a ellos hemos surgido un grupo de personas que cuestionándolo
todo, hemos ido poco a poco profundizando y entendiendo esta ciencia
milenaria, y madre de todos los estudios científicos actuales, que tuvo
su caída durante la época en que la “ciencia pura” tomó su auge y se
apartó totalmente de la religión.
Por fortuna, durante la
historia, científicos como Isaac Newton llamado “el último de los magos y
el primero de los científicos modernos” se interesaron en mantener esta
memoria viva como un legado para la humanidad. Y en los últimos
tiempos, muchos científicos están retornando al estudio esotérico, no
sólo de la astrología sino también de la cábala, la numerología, el
tarot y el chamanismo, entre otros, pues se han dado cuenta que la
ciencia pura puede avanzar a grandes pasos pero siempre quedan más
preguntas de fondo que sólo pueden develarse en estos estudios:
“Más allá del átomo parecía
no haber nada. Más aún, después de que el universo había surgido de la
nada como un punto de luz –según lo describían varios mitos acerca de la
creación- energía y materia aparecían y desaparecían continuamente,
para lo cual la ciencia no tenía explicación. Además los
radiotelescopios y otros instrumentos sensibles revelaron que el
universo estaba lleno de emisiones, campos de fuerza e interacciones
antes desconocidos y que el Sol, la Luna y Júpiter ciertamente afectaban
los ciclos de la naturaleza, el mercado de valores y las comunicaciones
electrónicas.” (Astrología y Kabbalah, Destino y libre albedrío de Zév Ben Shimon Halevi)
Ciertamente, muchos de
nosotros hemos iniciado este camino por el hecho de querer saber qué es
lo que el futuro nos depara, imagen que venden los medios de
comunicación. Nos encanta encontrar personas que leen el tarot, pues aún
éste se utiliza más con fines adivinatorios y no con el fin de obtener
un mayor conocimiento de nuestro Ser interior. No perdemos oportunidad
para intentar conocer cuál es nuestro destino marcado y aún desde la
astrología queremos encontrar esas respuestas hasta que entendemos que
sí tenemos destino pero también el alcanzarlo depende de nuestro libre
albedrío, el cual realmente se ve afectado por el desarrollo de nuestros
talentos, nuestras decisiones y nuestras actitudes, bien sean éstas
positivas o negativas, las cuales generalmente surgen de acuerdo con el
conocimiento adquirido durante la vida y el estado emocional.
Es precisamente desde aquí
que se entiende la importancia del astrólogo, no como la persona que
profesa los acontecimientos de la vida a futuro a través de la lectura
de la posición de los planetas en la carta natal del consultante, sino
como la persona que nos guía en el descubrimiento de nuestros talentos,
habilidades y momentos oportunos para desarrollarlos; así como el
hacernos concientes sobre los obstáculos y debilidades que sentimos en
la vida para encontrar el cómo convertirlos en oportunidades de
crecimiento y mayor desarrollo de nuestras habilidades.
La astrología es una ciencia
que nos enseña un camino para conocer nuestra alma y nuestra esencia;
que nos aporta en el crecimiento personal y colectivo sin distinción de
religión, política, raza o cultura alguna.
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